El año 1910 aparece por vez primera la palabra marza, en un diccionario de la lengua española, que daba dos acepciones de la misma:
a) copla que en la Nochebuena, en el Año Nuevo y en la de los Santos Reyes, van cantando por las casas de las aldeas, por lo común en la corralada, unos cuantos mozos solteros.
b) obsequio de manteca, morcilla, etc., que se da en cada casa a los marzantes para cantar o para rezar.
Con la finalización del siglo XX no sólo terminó la vigésima centuria de nuestra era sino que, además, certificó lo que se iba produciendo en los últimos años: la desaparición de formas de vida, actividades y oficios en el medio rural de la comarca de Campoo. Es el caso de los herreros: ya no quedan en los pueblos ni en Reinosa. Unos abandonaron la profesión por otra mejor remunerada en la industria; otros se jubilaron y, en todos los casos, principalmente porque a partir de la mecanización del campo y la decantación mayoritaria por la ganadería en todos los municipios, el oficio de herrero se hizo prescindible.
Sin embargo, el herrero a lo largo de la historia ha sido necesario en la vida tradicional de los pueblos porque de él dependía la reparación y la fabricación de herramientas y utensilios para la actividad doméstica y productiva.
El herrero de los pueblos era también cerrajero y herrador: por eso junto a la fragua era frecuente hallar el herradero necesario para calzar con callos (bueyes y vacas) y herraduras (caballos y yeguas) a los animales de labor.
Habitualmente en las ciudades, poblaciones grandes, comarcas y regiones sus habitantes son conocidos por un gentilicio que los identifica, en la mayoría de los casos el nombre del lugar seguido de un sufijo, de España “españoles”, de Campoo “campurrianos”, etc.
Las poblaciones de gran tamaño, como capitales de provincia y capitales judiciales o administrativas tienen su propio gentilicio, como lo son los “santanderinos” o los “reinosanos”.
La inclusión de Campoo dentro del arzobispado burgalés explica que las construcciones de carácter religioso que se realizaron durante esa época en ese territorio estuvieran en manos, fundamentalmente, de canteros llegados desde la zona norte de dicho arzobispado, también conocida como "Montañas Bajas", término con el que se designaban a todas aquellas localidades cuyos ríos vertían aguas al mar Cantábrico. De hecho, se puede afirmar que durante el siglo XVII las construcciones eclesiásticas estuvieron monopolizadas por maestros oriundos de Trasmiera y, más concretamente, por los procedentes de las juntas de Cudeyo y Ribamontán.
En los últimos años han surgido, casi desde la nada, personas aisladas o en colectivos, organizadas jurídicamente como empresas o como autónomas, que partiendo de una formación universitaria en Historia desarrollan en el mercado laboral de la Comunidad Autónoma de Cantabria, los servicios de asistencia técnica en Arqueología. Esta novedosa práctica de la actividad arqueológica posee diversas denominaciones, que en mi opinión, ninguna de las cuales resulta idónea: Arqueología de Gestión viene siendo la denominación más usual, obviando que otros sectores, como es la propia administración, realiza y ejecuta actuaciones de gestión del patrimonio arqueológico.
Un rito necesario para comprobar la bravura de los sementales
El Concejo de Los Carabeos tenía como fecha de peregrinación votiva a la Virgen de Montesclaros el día 7 de mayo. Esta fecha se trasladó después al 15 de mayo, festividad de San Isidro Labrador. Actualmente se celebra el domingo más próximo a esta fecha.
Cada año, uno de los tres barrios que componen el concejo: San Andrés, Arroyal y Barruelo, era el anfitrión y portaba su estandarte (pendón) y la cruz que presidía la procesión. El estandarte lo portaba el mozo mayor y era acompañado por otros dos para su manejo, que guiaban los cordeles para mantenerlo en posición. Partían por la mañana todos los peregrinos en procesión rezando el rosario, presidida por uno de los párrocos del lugar. Cuando se terminaba de rezar se deshacía la procesión y al llegar al término denominado el Cañón, se volvía a formar caminando con cánticos de alabanza a la Virgen.
Suano (1) es una población con características propias de aldea y pedanía que pertenece al Ayuntamiento de la Hermandad de Campoo de Suso (Cantabria) y depende del partido judicial de Reinosa. En el valle de Campoo, bajo las faldas de la sierra de Híjar, a 929 metros de altitud, los campurrianos de Suano han experimentado la transformación de la vida considerada tradicional en favor del desarrollo tecnológico y de la emigración. Se trata de una circunstancia vital generalmente interpretada desde la antropología social como conflicto entre tradición y modernidad (2).
A María por su buen humor y, fuerza en los momentos difíciles.
INTRODUCCIÓN
La investigación que venirnos realizando en el conjunto megalítico de "Los Lagos", desde el año 1996, se enmarca en un proyecto de mayor alcance denominado: "La Arqueología Prehistórica en el valle de Campoo de Suso, Enmedio, Reinosa y Santiurde de Reinosa"; del que ya se expusieron algunos resultados en esta misma revista, en su número 2 (Gutiérrez Morillo, 1995).
Este proyecto de investigación, tanto en su fase de prospección como de excavación, ha contado con los preceptivos permisos y subvenciones de la Consejería de Cultura y Deportes del Gobierno de Cantabria, dentro de los planes anuales de investigación arqueológica.
Comentarios recientes