A partir de 1980, existió en España un enorme interés por recuperar el patrimonio fotográfico y elaborar una historia de nuestra fotografía. Desde ese momento y gracias al tesón de muchos historiadores especializados, las imágenes fotográficas, siempre entendidas como objetos modestos y poco importantes, pasaron a ser consideradas atractivos documentos históricos, y desde los diferentes estudios que fueron publicándose, aparecieron autores fotográficos cuya obra permitía comprender la importancia que en el pasado tuvo la Fotografía en sus múltiples usos sociales y culturales.
Colaboradores: Nacho Zubelzu, Margarita Rodríguez, Pilar Dieguez Calderón, Ana Manzano Peral, Tirso García, Mireya Rodríguez, Lucía Zubelzu, Dental Campoo, Casa de Cultura Sánchez Díaz y Museo Etnográfico El Pajar Proaño.
Cuadernos de Campoo
Época II. Año IV. Número 10. Noviembre 2011
Cuadernos de Campoo es una publicación de la Casa de Cultura “Sánchez Díaz”
Equipo asesor: Jesús Allende Valcuende, Manuel García Alonso, Javier González Díez, Daniel Guerra de Viana (Coordinador), Joaquín Gutiérrez Osés, Mª Elena Marchena Ruiz, Encarnación-Niceas Martínez Ruiz
Fotografía de cubierta: Fábrica de Santa Clara, Reinosa. Detalle de postal de principios del siglo XX
"El río Ebro nace en los Cántabros... " (Marco Porcio Catón, siglo II antes de nuestra Era)
En el año 27 antes de nuestra Era el emperador César Augusto, hijo adoptivo del asesinado julio César, salió de Roma con un gran ejército dirigiéndose hacia el Norte. Tras haber fundido estatuas de plata para costear los gastos y una vez anunciada solemnemente la entrada en guerra, dirigía personalmente una expedición militar buscando la gloria de una campaña contra bárbaros en los confines del occidente europeo. Según cuenta el historiador grecolatino Dión Cassio (s. III), se creyó en principio que su expedición iba encaminada contra Britania. En realidad, tras una permanencia en las Galias y hallándose un año después en Hispania, llevó su ejército hacia otra zona no menos alejada en los confines oceánicos de Europa: Augusto inició la invasión de Cantabria.
Colección de cuentos de costumbres campurrianas del reinosanoLuis Mazorra, el estudio y la recopilación de los relatos ha sido realizado por Ramón Villegas López y Paco Altuna, las ilustraciones del libro son de Alberto Gallo.
Oscuras y misteriosas son las razones que de un modo irremediable empujan a un artista a crear, a mostrar a través del ejercicio del arte su relación con el mundo.
Esa entrega, esa visión personal de la realidad o llamada de atención hacia ciertos aspectos de la misma, nos ofrece la posibilidad de pensar en la frágil apariencia de las cosas y las múltiples dimensiones que esconde esa apariencia. La imagen a través de la cual el mundo se presenta ante cada uno nosotros.
Pisones, pisas y batanes en la geografía de Campoo
Los tejidos de lana al salir de los telares presentan intersticios entre los hilos y en sus cruzamientos que hacen que sean más o menos permeables al aire y al agua. Cuando de estos tejidos se querían obtener paños para vestidos o mantas, convenía cerrarlos, esto se lograba enfurtiéndoles mediante el pisado hasta lograr la calidad deseada.
Descubrimos un espectacular recinto e iniciamos los trabajos.
Un recorrido con ánimo de fotografiar unos atrincheramientos de nuestra última Guerra Civil (LÓPEZ GUTIÉRREZ, 2001), durante el mes de julio de 2000, dio como resultado el hallazgo de un gran emplazamiento fortificado en altura, inédito hasta el momento en la historiografía arqueológica; esta circunstancia fue comunicada prontamente a la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. En aquellos momentos ya contemplábamos la posibilidad de que se tratara de un importante yacimiento arqueológico, dadas sus características y tamaño. A la comprobación y a la verificación de esto se dirigieron entonces nuestros esfuerzos. Para ello solicitamos, el 2 de marzo de 2001, de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria la correspondiente autorización de un proyecto de intervención arqueológica.
Ana Belén Lasheras - Mª Eugenia Escudero - Isabel Cofiño
Lugares tan distantes geográficamente, como Couillet (Charleroi, Bélgica) y Campoo, acabaron acercándose por los avatares de una historia cuyos protagonistas fueron los hermanos Ernest y Alfred Solvay. En la localidad belga se estableció, en 1863, la primera fábrica de sosa Solvay, mientras que en la comarca campurriana se puso en práctica una iniciativa filantrópica a través de la fundación, en 1929, de una casa de reposo en Soto para los empleados de la fábrica de Solvay en Barreda.
Fue Ernest, el hermano mayor, quien descubrió el proceso de fabricación de carbonato sódico al amoniaco o sosa al amoniaco a mediados del Ochocientos. Hasta entonces, y desde antiguo, se había utilizado la sosa natural, extraída de plantas o de unos yacimientos de carbonato sódico estadounidenses, y la sosa artificial, obtenida a partir de la sal común por un procedimiento inventado por el químico francés Nicolás Leblanc en 1798. El proceso creado por Ernest mejoró considerablemente la invención de Leblanc, abaratando e incrementando la producción de sosa.
Mayo1805. Calle "principal" de la villa de Reinosa. En una casa de 40 pies de ancho y 200 de fondo, con habitación en alto y bajo, corral, caballería y pajar, lindante con otra del Marqués de Cilleruelo y con el río Ebro, conviven dos matrimonios cuyos hijos alcanzarán tan altísima relevancia social en la España del ochocientos como escasa memoria conservan hoy en su villa natal.
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