Oscuras y misteriosas son las razones que de un modo irremediable empujan a un artista a crear, a mostrar a través del ejercicio del arte su relación con el mundo.
Esa entrega, esa visión personal de la realidad o llamada de atención hacia ciertos aspectos de la misma, nos ofrece la posibilidad de pensar en la frágil apariencia de las cosas y las múltiples dimensiones que esconde esa apariencia. La imagen a través de la cual el mundo se presenta ante cada uno nosotros.
La apicultura tuvo en tiempos pasados una notable importancia como complemento en la economía rural de subsistencia de Campoo. Repartidos por toda la geografía de la comarca, los colmenares formaban parte del paisaje y de la vida cotidiana, en ellos se colocaban las colmenas, conocidas con el nombre de dujos y hornillos.
El declive, en la segunda mitad del siglo XX, de esta actividad se inició con la emigración de los pueblos a la ciudad con el consiguiente abandono de la economía agraria. Fue la puntilla la aparición .alrededor de 1984, del ácaro de la varroa que diezmó el número de colmenas y aceleró el trasiego de las abejas de las colmenas tradicionales fijistas a las modernas de cuadros móviles, que permiten un mejor control de este parásito, un considerable aumento de la producción y un manejo más racional.
En la actualidad se puede considerar prácticamente desaparecido este tipo de apicultura, pues quedan pocos colmenares en pie y muchos de ellos en claro estado de abandono.
Los toques marcaban la vida cotidiana de los pueblos
La campana era y es en la sociedad rural tradicional la voz de Dios que reúne al pueblo y al clero, que atrae todo lo bueno y expulsa todo lo malo. En ocasiones llama a alegría y fiesta, otras a dolor y pena, e incluso da la señal de alarma por algún peligro. Todas las iglesias parroquiales tienen, o tuvieron, como mínimo en sus espadañas o torres dos campanas con distinta sonoridad: la grave, denominada popularmente macho y la aguda, denominada hembra. Se identifican también dos tipos de campanas: las romanas y los esquilones.
"El fantasma del espejo arrastra mi carne hacia fuera, y al mismo tiempo,
todo lo invisible de mi cuerpo es capaz de investir a los otros cuerpos que veo".
Merleau- Ponty
Artista inquieto, inconformista y siempre buscando nuevas formas dentro del lenguaje pictórico, Celestino Cuevas ha sabido mantenerse en la línea de fuego de la vanguardia del arte. Siempre atento y a la intemperie, nos ha ido dejando una obra de una calidad excepcional, rica en todos y para todos los sentidos. Esa inquietud le ha llevado a estar en contacto con las vanguardias internacionales, en unos años donde era muy difícil el acceso a lo que sucedía al otro lado de nuestras fronteras.
Quisiera iniciar esta disertación recordando las causas por las que se inició la excavación en el yacimiento de El Torrejón obedecen a una doble gama de razones.
En primer término habríamos de reseñar los propios antecedentes de investigación arqueológica en el yacimiento.
Éstos eran conocidos desde los años 40 en que el entonces párroco de Las Henestrosas de Las Quintanillas, D. Teótimo Gallo, recabó la presencia en la localidad del P. Jesús Carballo, a la sazón director del Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Santander, motivada por el descubrimiento de varias estelas y términos augustales en el entorno de la iglesia parroquial de Santa María de las Henestrosas, donde aún se conservan parte de ellas.
Es muy común que todos conozcamos a nuestros padres, y también a nuestros abuelos; ya más rara es la referencia a los bisabuelos, y muy difícil la de tatarabuelos, sobre todo si ha de transmitirse por vía oral. Hasta aquí o más allá, la inutilidad aparente de toda búsqueda nos desanima y desinteresa sin más.
Hace veinte años, tuve la suerte de rescatar una colección de documentos familiares en una vivienda de Loma Somera, que llevaba al menos otros veinte deshabitada, y los papeles estaban metidos en un viejo arcón. Es la casa de mis abuelos maternos.
La fundación de esta institución asistencial, con algunas matizaciones y salvando la distancia cronológica, pudo tener un principio similar al que tuvieron los hospitales medievales ubicados en las rutas de peregrinación para acogida de caminantes. Reinosa ocupaba un punto intermedio en una vía de comunicación con gran afluencia de transeúntes ya a partir del siglo XVI, quienes sin duda, plantarían un serio problema social para una población de escasa densidad demográfica. Esta situación se verá agravada al representar además el centro geográfico de una comarca con un equilibrio económico ligado a las labores del campo y, por tanto, sujeta a diversos avatares (climáticos, sequías, pestes...) que al menor contratiempo colocaban a sus habitantes al borde de la ruina y les obligaba recurrir a la caridad.
"Cuervos pa arriba, pastor buena vida; cuervos pa abajo, pastor boca abajo"
(refrán popular aguayés)
LA IMPORTANCIA HISTÓRICA DEL PASTOREO
Es una constante histórica de las tierras de esta antigua merindad el gran peso de la ganadería. El sostén de sus habitantes, el origen y desarrollo de sus plazas y villas, han tenido que ver con el pastoreo y las ferias de ganado. Reinosa, Aguilar, Ruerrero o Soncillo muestran en sus calles y plazas la evidencia de esto (1), y los pueblos campurrianos permiten aún comprobar en sus corrales, callejas, cerraduras y veredas la misma realidad.
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