No cabe duda que uno de los factores que a lo largo de los siglos mayor daño ha hecho al patrimonio arqueológico, tanto a nivel nacional como internacional, han sido las grandes obras públicas. Pantanos, carreteras, autopistas, vías férreas, oleoductos, tendidos eléctricos... han dañado, en ocasiones de una manera irremediable, el patrimonio arqueológico. De ello tenemos muchos casos en nuestro país y en nuestra región.
Hay un libro de homenaje a Ramón Sánchez Díaz que muchos de Uds. conocerán, editado por la Diputación Provincial de Santander allá por 1970, para conmemorar el centenario de su nacimiento, que recoge en su parte final algunas fotos del Reinosa antiguo. Allí aparecen tres fotos de tres escuelas reinosanas de fines del XIX: una de la casa donde estuvo ubicada la escuela de Carlos de Hoyos en la calle Colón a la que asistió Sánchez Díaz, otra en la que se recoge una vista de la Fuente de la Aurora y de la Escuela de la Villa, y por último la escuela de las Eras. Tres escuelas que ilustran, de alguna manera, la evolución del edificio escolar.
Nací en Guardo, villa de la montaña palentina, el día 30 de junio de 1919, cuando por el mundo señoreaba la famosa "gripe española", la gran pandemia, llamada así porque fue la única nación que publicaba noticias al respecto. En España causó la muerte de trescientas mil personas, y en el resto del mundo la de veinte millones, entre los años 1918 y 1919. Por fortuna no fui de los afectados, tampoco el doctor Fleming había descubierto la penicilina, pero sí enfermé de neumonía doble que los médicos del lugar no lograron curar y ante las escasas esperanzas de vida que dieron a mi abuela materna, ésta optó por llevarme a Reinosa donde se encontraban mis padres, desde unas semanas antes, buscando un piso para vivir, ya que mi padre esperaba ingresar en la Naval. Así, que al llegar abuela y nieto a la villa campurriana mis padres me llevaron a la consulta de don Julio Pérez Arenal, médico de gran prestigio, el cual, con los remedios de la época, me curó a base de ventosas, esto me ocurrió finalizando el invierno de 1920.
En este artículo de la serie "Toponimia Campurriana" trataremos de los nombres de lugar de la comarca campurriana relacionados con el agua; es decir, de los hidrotopónimos.
GENERALIDADES
Un sencillo derivado de agua es AGUAYO, a través del latín Aquarium (abrevadero, pila de agua) o del adjetivo Aquarius (relativo al agua), por ser lugar de abundantes arroyos. La evolución fonética del sufijo -ariu es de tipo italiano (acquaio), ya que la variante normal está representada por AGÜERO (o por el femenino AGÜERA) en la misma Cantabria.
Aunque se trata de un orónimo, es digno de mencionar aquí el Pico TRES MARES, antes llamado Pico TRES AGUAS (así figura p. ej. en el mapa escala 1/50 000 del I.G. Catastral n° 82, año 1931). Es bien sabido, aunque aún muchos lo ignoren, que de este singular trifinio hidrográfico proceden las aguas que vierten a los tres mares de la Península Ibérica.
El año 1895 se inauguró en Reinosa y su comarca con un gran temporal de nieve que batió la villa durante los meses de enero y febrero; en palabras de Ramón Sánchez Díaz era "tan grande la friura, ha bajado tanto el barómetro, que se han helado los ríos, las capas de nieves y las epidermis".
El valle de Aguayo, conformado por la suma de las dos antiguas jurisdicciones de las villas de San Miguel y Santa María, ha ofrecido ya alguna evidencia arqueológica y documental del origen medieval de los actuales núcleos de población. La primera noticia procede de un documento del siglo XII en que la reina Urraca cede los "monasterii" de San Lorenzo de Pujayo y de San Miguel de Aguayo. En 1245 una carta firmada por el rey Fernando III de Castilla, recoge la existencia en Aguayo de tal monasterio -iglesia- de "Sancti Michaelis que est situm in villa de Aguayo cum omnibus coloniis suis et omni hereditate" , al renovar un privilegio concedido por su abuelo Alfonso VIII a San Lorenzo de Pujayo, monasterio y alberguería a la cual pertenecía el citado de San Miguel (1).
Puede resultar sorprendente pero en Campoo, en Reinosa mismo, existen cabañas que responden al tipo pasiego más acendrado. Los efectos de la emigración pasiega trasladaron el modelo de ocupación y explotación ganadera a lugares realmente muy fuera de su área compacta y más propia, los Montes de Pas. Así, encontramos fincas cerradas con cabañas pasiegas en las inmediaciones de Laredo, de Torrelavega y Corrales de Buelna (El Dobra), y también en Campoo como vamos a ver.
Edición: 1ª ed., 1ª imp.
Fecha Edición: 12/2008
Publicación: Cantabria Tradicional, S.L. Ramón Villegas López
Descripción: 150 p. il. col. 21x15 cm
Encuadernación: rústica
Impime: Artes Gráficas J. Martínez, S.L.
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