Principal Cuaderno Nº 24 Índices

Arqueología prehistórica en Campoo

Alonso Gutiérrez Morillo


INTRODUCCIÓN

El proyecto de investigación de Arqueología Prehistórica en Campoo, comenzó a realizarse en 1989 con una primera fase de prospecciones y localización de yacimientos y una segunda fase de excavaciones que comenzó en 1996.
Crono culturalmente abarca desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad del Bronce, es decir, desde hace aproximadamente 500.000 años hasta unos 750 años a. C.
Los periodos del Paleolítico Inferior y Medio, el Neolítico y el Calcolítico (Edad del cobre) son los mejor representados, hasta este momento, en este estudio como luego veremos. Del Paleolítico Superior sólo tenemos algunos indicios, que hoy por hoy son bastante problemáticos y de la Edad del Bronce contamos con hallazgos sueltos y, sobre todo, con el yacimiento de la cueva de los Hornucos de Suano, excavada en los años 30 por el P. Carballo.
La revisión de los resultados de aquella excavación y la vuelta a excavar la cueva con métodos modernos, se cuentan entre nuestros objetivos, para lo que en este próximo verano acometeremos un proyecto de sondeos geomagnéticos que nos permitan calibrar, tanto la potencia de los estratos de la cueva como la posibilidad de encontrar algún lugar, arqueológicamente intacto, donde sea factible la excavación.

 

EL PALEOLÍTICO INFERIOR Y MEDIO

Los yacimientos más antiguos encontrados en el valle se sitúan sobre terrazas fluviales cuaternarias. De entre ellos, con diferencia el más antiguo es el localizado en una terraza alta del río Híjar en Espinilla ( Hoja 82-IV MTN 1: 25.000. Coord.: 43° 1' 28" N. 4° 13' 31" W; 930 m snm) ( Serrano Cañadas, 2000/ Serrano y Gutiérrez, 2000) (Foto 1) y que ha salido a la luz al realizarse una enorme zanja para extraer gravas que se han utilizado como base en las obras de la carretera Reinosa La Lomba.
Foto 1. Yacimiento paleolítico de Espinilla. Vista generalEste yacimiento, dada la situación topográfica de la terraza y la industria recogida (más de una centena de utensilios) (Foto 2), ha sido situado en el Pleistoceno Medio (730.000 - 130.00 años antes del presente), en un primer momento de análisis. A la espera de los resultados de los estudios definitivos, tanto de geomorfología como de sedimentología y tipología.
Foto 2. Yacimiento paleolítico de Espinilla. Industria lítica La muestra de utensilios recuperada, como casi todas las colecciones de estos momentos se compone, esencialmente, de cantos rodados del río tallados por una o dos caras (cantos trabajados unifaciales o bifaciales), picos de sección triédrica, lascas, denticulados... Tenemos que resaltar que en el conjunto que conocemos hasta ahora, los hendedores están poco representados y cuando aparecen son de tipos tecnológicamente simples (tipo 0) (Tixier, 1956) y los bifaces inexistentes.
En definitiva, toscas herramientas fabricadas por homínidos muy antiguos, en cuya confección se perseguía la creación de filos y puntas con las que descuartizar los animales que les servían de sustento.
Estos homínidos, probablemente, serían del tipo Homo Heidelbergensis, que ha sido perfectamente descrito a partir de los restos recuperados en el excepcional yacimiento de la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca. Por lo que sabemos sería un ser humano de una altura media cercana al metro ochenta, unos cien kilos de peso y una enorme fortaleza física (Arsuaga y Martínez, 1998).
Climatológicamente, nos encontramos en momentos en los que la P. Ibérica, y en concreto, el norte de la Meseta gozaría de un clima benigno de tipo tropical, como han demostrado las reconstrucciones paleoambientales realizadas en los yacimientos burgaleses citados (Cervera, Arsuaga, Bermúdez de Castro y Carbonell,1998).
Foto 3.Terrazas cuaternarias del río Hijar. Zona de Riaño ermita del AbraPor tanto, estos seres humanos, cuya vida era nómada, se moverían siguiendo las manadas de animales, cazando cuando podían y carroñeando las más de las veces (no debemos olvidar que los alimentos de origen vegetal compondrían una parte importante de la dieta de estos homínidos, lo que ocurre es que sus restos dejan improntas menos destacadas en el registro arqueológico que las actividades cinegéticas o de carroñeo).
En un momento cronológico posterior, que podríamos situar en Campoo en los comienzos del Pleistoceno Superior (130.000 - 10.000 años antes del presente), encontramos dos nuevos grupos de yacimientos, también asociados a terrazas cuaternarias pero ya más modernas (los estudios realizados en la más antigua de ellas nos han llevado a proponer en otro trabajo, una edad de entre 115.000 y 75.000 años antes del presente para su industria lítica) (Gutiérrez y Serrano, 1998).
Foto 4.Terrazas cuaternarias del río Hijar. Zona de NestaresEstos nuevos yacimientos los hemos dividido en dos zonas (Gutiérrez Morillo 1990 y Gutiérrez Morillo 1995):
Zona de Riaño - ermita del Abra (Foto 3)
Zona de Nestares (Foto 4).
Culturalmente, se podrían incluir dentro del periodo que se denomina Paleolítico Medio (200.000 - 40.000 a.C.), y podrían asociarse a dos tipos humanos, el ya citado más arriba Homo Heidelbergensis y Homo Neandertalensis.
Encontramos, de nuevo, herramientas talladas en piedra, aunque más evolucionadas que las anteriores (Fotos 5 y 6), con nuevas técnicas de talla que persiguen conseguir una mayor cantidad de filo por kilo de materia prima tallada y que se utilizarían como herramientas, al igual que las tratadas más arriba, para el despiece de animales y otros trabajos cotidianos (tratamiento de pieles, procesado de elementos vegetales, etc.)


Foto 5. Industria lítica de las terrazas cuaternarias del río Hijar Foto 6. Industria lítica de las terrazas cuaternarias del río Hijar


A estos momentos podrían pertenecer los únicos restos paleontológicos recuperados hasta ahora en el valle (terrazas del Ebro en Nestares, en la zona del hotel Fontibre Iberia). Nos estamos refiriendo a los posibles restos de un hipopótamo encontrados al hacer un pozo en Nestares (Foto 7) y de los que ya se tenían pruebas desde principio de siglo (en esta misma terraza hemos encontrado artefactos tallados, pero su relación con los restos paleontológicos es problemática).
Sobre el Hombre de Neandertal se han escrito multitud de obras y, probablemente, es el tipo de hombre antiguo que más fascinación ha causado (Arsuaga 1999; Stringer y Gamble 1996). Foto 7. Restos paleontológicos de NestaresDescendiente del Heidelbergensis, mantenía su gran fortaleza física, aunque era de menor tamaño y con toda propiedad se puede decir que fue el primer europeo, puesto que fue un tipo humano que nació y se desarrolló en Europa, extendiéndose, únicamente, hacia Oriente Próximo, donde entró en contacto con un nuevo tipo humano procedente de África, el Homo Sapiens Sapiens, que a la postre hace unos 30.000 años sería el causante de su desaparición.
La llegada del Homo Sapiens Sapiens a la P. Ibérica (hace unos 40.000 años) inaugura una nueva etapa cultural, el Paleolítico Superior, que en Cantabria ha quedado magníficamente reflejado en tan importantes yacimientos arqueológicos como son las cuevas de Altamira, el Castillo, la Garma, Morín o el Pendo, por citar algunas.
Por lo que se refiere a nuestra zona de estudio, hasta el momento no hemos encontrado más que indicios de la presencia de estos grupos humanos, sin yacimientos que podamos incluir con claridad en estos momentos. Nos estamos refiriendo a posibles restos industriales recogidos en la cueva de las Harrigueras en la localidad de Santiurde y a una serie de rocas grabadas cuyo estudio está en fases muy preliminares, pero que podrían pertenecer a estos momentos.
La causa de este fenómeno tal vez la podríamos encontrar en un empeoramiento de las condiciones climáticas, que tuvieron su máxima expresión en lo que se ha denominado Máximo Glaciar (L.G.M.) (40.000 - 18.000 años antes del presente) (Serrano Cañadas, 2000; Serrano y Gutiérrez, 2000; Frochoso y Castañón,1998) y que prácticamente, abarca todo este período cultural, excepto sus últimas fases (¿rocas grabadas?)
Este momento álgido del último periodo glaciar ( el último periodo glaciar completo comenzaría hace 130.000 años y finalizaría hace unos 10.000 años), significó una bajada de las temperaturas de entre 7° y 9° C. Lo que supuso un incremento de las precipitaciones nivales y que las nieves caídas durante el invierno no se fundieran, lo que generó neveros permanentes que, posteriormente, se convertirían en glaciares haciendo que las condiciones de asentamiento para los grupos humanos en Campoo fuesen muy problemáticas; hace unos 18.000 años las condiciones climatológicas cambiaron a características más benignas.
Esta tendencia posibilitó que en Campoo pudiesen coexistir glaciares en las zonas de montaña con bosques abiertos en los valles altos del Híjar y el Guares y en su fondo, bosques que alternarían con espacios abiertos. De esta manera Campoo volvió a ser un espacio propicio para la ocupación humana, al menos en momentos estivales, en los que las manadas de animales en sus migraciones anuales encontrarían lugares idóneos para su alimentación.

 

LA LLEGADA DE LOS PRIMEROS GRUPOS PRODUCTORES A CAMPOO

Se situaría ya dentro del postglaciar. A estos momentos se les ha bautizado con el nombre de Holoceno (10.000 años hasta la actualidad), y dentro de este periodo a momentos climáticos que se han definido como subboreal y subatlántico.
Culturalmente hemos de asociar esta llegada a grupos humanos constructores de un tipo muy peculiar de tumbas: las tumbas megalíticas, que cronológicamente se situarían entre mediados del V milenio y el III milenio a.C.
Foto 8. Los Lagos IEn Campoo hemos encontrado, desde que comenzamos nuestras investigaciones, un importante número de estas manifestaciones prehistóricas.
El caso más interesante de todas ellas, hasta el momento, lo constituye el conjunto megalítico que hemos denominado Los Lagos, arriba del pueblo de Mazandrero.
Este conjunto se compone de tres cámaras funerarias que llamamos Los Lagos I (Foto 8), Los Lagos II (muy deteriorada porque parte de su material de construcción fue utilizado para construir una cabaña) y Los Lagos III.
Los Lagos IV fue encontrado de manera casual al mover el menhir más pequeño de los encontrados en la campa. Es, hasta ahora, el único yacimiento del lugar que, como luego veremos, no parece que pueda ser asimilado a una tumba y cronológicamente correspondería a un momento Calcolítico.
Aparte del conjunto de Los Lagos se han encontrado restos de construcciones tumulares en la campa de Proaño, Fontibre, Izara y Paracuelles, entre otros lugares.
Foto 9. Menhir de la campa de "Los Lagos"Otro elemento megalítico importante que encontramos en las tierras campurrianas son los menhires. En la campa de Los Lagos encontramos dos, uno completo (Foto 9) y otro fracturado. El primer menhir fue levantado durante la campaña de 1998, con la ayuda de maquinaria pesada que fue puesta a nuestra disposición por el Ayuntamiento de Campoo de Suso.
En el lado sur la campa de Los Lagos aparece una fuerte pendiente que cae a otra campa que se conoce con el nombre de "El Sel Viejo", donde aparte de una gran cantidad de restos de antiguas ocupaciones pastoriles, en la campaña de 1999 fue encontrado un nuevo menhir, que hemos denominado menhir Dama.
Presenta este menhir un entallamiento en su zona superior que le confiere un peculiar carácter fálico.
Otros menhires han sido encontrados en la zona de Peña Rubia o el monte de Villar.
La función de estos elementos tan característicos se nos presenta hoy por hoy oscura. Varias hipótesis se barajan: que fuesen marcadores de caminos o territorios, a modo de hitos prehistóricos; que tuviesen alguna relación con cultos astrológicos... en fin, nada hay definitivo al respecto, como en tantas otras cuestiones prehistóricas.
En la campa de Los Lagos, desde 1996, estamos realizando trabajos de excavación arqueológica, en dos de los yacimientos encontrados: Los Lagos I (por ser el monumento megalítico que parecía estar mejor conservado) y Los Lagos IV.
Los Lagos I consta de una importante cámara funeraria megalítica, de las mayores encontradas hasta ahora en Cantabria y la más alta excavada (1730 m. snm).
La cámara es de tipo poligonal y al ser excavada, aunque saqueada, mantenía un estado aceptable de conservación.
El túmulo, que es el casquete semiesférico que solía cubrir estas tumbas, presenta en Los Lagos I una estructura compleja, que recuerda a otras construcciones de esta misma época excavadas en La Lora burgalesa (Delibes, Rojo y Represa 1993).
En este complejo túmulo hemos aislado tres niveles, un nivel superior (nivel 1) compuesto por tierra y pequeñas piedras, un nivel intermedio (nivel 2) compuesto por grandes cantos que están dispuestos en anillos dirigidos hacia la cámara y cuya función sería contrarrestar los empujes de la cámara y un nivel inferior de losetas de arenisca que parece responder a la necesidad de acondicionar el terreno antes de comenzar a construir el monumento.
En las excavaciones hemos recuperado abundante industria lítica, algunos artefactos en el momento de la excavación y otros en el proceso de cribado del sedimento (toda la tierra se pasa por dos cribas, la más pequeña de 2.5 mm).
Foto 10. Industria lítica de Los Lagos IEsta industria se compone, principalmente, de lascas, láminas retocadas, raspadores, buriles, perforadores, puntas y geométricos (Foto 10). Estos artefactos se introducirían en mangos de madera formando hoces o cuchillos. Muchos de estos utensilios están fabricados en sílex y cristal de roca, rocas que no se encuentran en Campoo. Por lo que serían conseguidos mediante intercambios con otros grupos o en los movimientos que estas personas harían por terrenos donde se encontraban estas rocas.
Aparte de estos utensilios líticos, también se ha encontrado un alisador de conglomerado que podría haber sido utilizado para triturar granos u otros frutos (recordaremos que en la excavación de Los Lagos I se recuperaron cáscaras de avellanas carbonizadas). Además, se han extraído restos de carbón vegetal de los niveles 2 y 3.
Pero el material más exótico de los recuperados es el ámbar. Los análisis efectuados sobre él nos muestran que su procedencia sería casi con toda certeza de la Sierra de Cantabria (Álava). Lugar que por otro lado, presenta gran abundancia de monumentos megalíticos.
Restos de ámbar, también se han recuperado en monumentos cercanos como son los casos de La Lora burgalesa o el monumento de La Velilla (Osorno). Estas apariciones de un material tan peculiar nos estarían indicando un complejo sistema de intercambios que debió de desarrollarse entre estos pueblos, como ya intuíamos al tratar sobre algunos de los materiales en que están fabricados los utensilios líticos.
Por lo que se refiere a la situación de estos monumentos en el paisaje hemos de decir que no es aleatoria, sino que se enclavarían en collados y zonas de paso y en lugares con un amplio dominio del paisaje.
Estas características nos hacen pensar que estas construcciones, aparte de tumbas, funcionarían como marcadores territoriales, distinguiendo los territorios de los distintos grupos, dentro de una economía de carácter pastoril seminómada como la que se ha practicado en el valle hasta no hace muchos decenios.
El yacimiento de Los Lagos IV no presenta en su estructura elementos que nos hagan pensar en una tumba, más bien creemos que se trataría de un lugar de habitación. En la campaña del año 2000 hemos exhumado tanto un muro, como los agujeros de poste que debían sostener la techumbre de una construcción bastante simple, que se remontaría a unos 3000 años a. C.
La importancia de esta estructura es que encontramos unidos, en un mismo lugar (la campa de Los Lagos), tanto elementos funerarios, como de habitación. Si a esto le sumamos los menhires y las manifestaciones artísticas que luego trataremos, podemos concluir que el conjunto de Los Lagos presenta características que sólo tiene otro conjunto en Cantabria, el de Peña Oviedo en Camaleño (Liébana) (Díez Castillo, 1999).
Foto 11. Industria lítica de Los Lagos IVEn las excavaciones de Los Lagos IV también se ha recogido abundante industria lítica, y del mismo modo que en Los Lagos I, unos materiales han sido recuperados "in sito" y otros en el proceso de cribado (Foto 11).
En comparación con la industria de Los Lagos I, la de los Lagos IV parece más evolucionada y además se han encontrado utensilios óseos y cerámicas prehistóricas (elementos éstos muy escasos en este tipo de yacimientos en Cantabria).
De la Edad del Bronce (2000-750 a. C.), como ya hemos dicho, se han producido en Campoo hallazgos sueltos como las puntas de lanza de pico Cordel o las hachas de Requejo. Pero, indudablemente, el yacimiento más importante de este periodo es la cueva de Los Hornucos (Suano) (Carballo, 1935).
En esta cueva, aparte de restos de cronología posterior como monedas imperiales romanas o vasos rituales que marcan la llegada del cristianismo a Campoo, el P. Carballo recuperó varios esqueletos humanos (de los que hoy no se sabe gran cosa) y elementos de clara filiación del Bronce Antiguo: un hacha plana y cerámicas a mano.
La revisión de estos materiales y la realización de una nueva excavación en esta cueva, es uno de nuestros objetivos a medio plazo.
Por último y para finalizar trataremos de los elementos artísticos que podemos asociar a los grupos humanos que hemos abordado en esta exposición.
Foto 12. Campa de "Los Lagos". Piedra de las cazoletasEn la campa de Los Lagos hemos encontrado uno de los elementos más característicos del arte megalítico, las cazoletas, en una roca que hemos bautizado como "la piedra de las cazoletas" (Foto 12). No sabemos la función de estas oquedades, pero lo cierto es aparecen con mucha frecuencia asociadas a megalitos, incluso en los mismos ortostatos de la cámara.
Elementos de Arte esquemático, que podemos relacionar con momentos tardíos del Neolítico y el comienzo de la Edad de los Metales (Calcolítico), se han encontrado, aunque muy deteriorados, en el paraje conocido como La Hijuela (Mazandrero). Entre estos signos encontramos antropomorfos y otras esquematizaciones como signos en V y en T. Un elemento bastante típico, que se ha relacionado con esquematismos calcolíticos son los triángulos unidos por los vértices, en La Hijuela aparecen dos ejemplos.
Foto 13. Ídolo de Peñalavieja (La Aguilera)Por lo que se refiere al capítulo de los denominados "ídolos", en toda la submeseta norte y zona cantábrica, van apareciendo con distintas variantes una tipología de ídolos que conjugan una iconografía en forma de U invertida, sin bandas transversales en los casos que parecen más antiguos, como el de Portillo Viejo (Santa Gadea, Burgos), con otros como el de Peñalaveja ( La Aguilera) (Gutiérrez y García, 1998) (Foto 13), donde aparecen combinadas la forma con bandas transversales. Pero el ejemplo culminante de este tipo de representaciones lo ostentan en Cantabria los famosos grabados de Sejos (Bueno Ramírez, 1982). La aparición de armas en algunas de estas representaciones ha permitido encuadrarlas en momentos finales del Calcolítico o inicios del Bronce.
Foto 14. Grabado moderno de "El canto bailaor" (Villar)Con respecto a ejemplos de arte de esta Edad del Bronce, sólo conocemos en Campoo hasta ahora un ejemplo, que es una roca grabada, aparecida en el Monte Henar, donde, aparte de grabados modernos, aparecen esquematizaciones de armas como alabardas o puñales que han sido estudiados en otras partes de la P. Ibérica, asignándoseles una cronología del Bronce Final, ya dentro del I milenio a. C.
Por fin, no me gustaría terminar esta exposición sin rendir un modesto tributo a unos artistas que no siendo prehistóricos, sí que continuaron utilizando el mismo soporte que aquéllos para confeccionar sus obras, las rocas. Me estoy refiriendo a los anónimos pastores que nos dejaron sus grabados por los distintos montes de Campoo, demostrando, en muchos casos, gran maestría (Foto 14).


BIBLIOGRAFÍA


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Carballo, J. (1935): La caverna de Suano (Reinosa). Datos geográficos e históricos. Altamira.
Bueno Ramírez, P. (1982): La estela antropomorfa del collado de Sejos (valle de Polaciones, Santander). Trabajos de Prehistoria, 39, 342-348.
Cervera, J.; Arsuaga, J.L.; Bermúdez de Castro, J.Ma. y Carbonell, E. (1998): Atapuerca. Un millón de años de historia. Universidad Complutense. Madrid.
Delibes, G.; Rojo, M. y Represa, J.I. (1993): Dólmenes de La Lora. Junta de Castilla y León, Salamanca.
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Teira, L.C. (1994): El megalitismo en Cantabria. Universidad de Cantabria. Santander.
Tixier, J. (1956): L 'hachereau dans l'Acheuléen nor-africain. Notes typologiques. Congress. Prh. Fr. XV. Poitiers Anguleme, 914-923.



AGRADECIMIENTOS


Al Excmo. Ayuntamiento de Reinosa, por haberme invitado al ciclo de conferencias titulado "Jornadas de Primavera", donde se expuso el original de este trabajo. A la Consejería de Cultura y Deporte y al Excmo. Ayuntamiento de la Hermandad de Campoo de Suso por su apoyo tanto en los aspectos económicos como de permisos y finalmente, de modo muy especial, a las personas que han colaborado año tras año en los trabajos de excavación e investigación de este proyecto.




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2003, Jose L Lopez